LA AMAPOLA (Papaver Roeas)

Por David Alma, Herbolario en Herboristeria Plaza Real en Lorca

Fuente fotografica: http://canconio59.blogspot.com.es
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Vamos a dedicarle el artículo a todos aquellos que padecen problemas de sueño. Y para ello hablaremos de la Papaver rhoeas, más conocida por su inconfundible flor llamada Amapola. Pertenece a la familia de las Papaveraceae, de las que se conocen aproximadamente unas 500 variedades; por eso es importante no confundirlas. Ampolas hay muchas pero destacan la común, la de California y la Adormidera. En este caso hablaremos de las rhoeas, aunque todas las variantes coinciden en las mismas propiedades medicinales.

La Amapola rhoeas, al ser la variante común está muy extendida por la zona de Eurasia y el Norte de África aunque es originaria de la cuenca mediterránea. Se trata de una planta de tallos erectos delicados, coronados por una flor de 4 pétalos rojo intenso y estambres de color negro. Las hojas de esta planta son ligeramente venenosas y dentadas. Su flor es muy sensible al corte, florece a partir del mes de Marzo hasta entrado el verano. Bien es cierto que la flor roja es la más conocida pero también existe en otros colores. Los principios activos llamados readina y opio, se concentran en los pétalos que se recolectan en las mañanas cuando el rocío ya se ha secado. Suele crecer al borde de los caminos y trigales, sin embargo se la considera una mala hierba.

En acción farmacológica cabe destacar que es sedante del sistema nervioso con un toque hipnótico, antitusiva, expectorante y antiespasmódica. Por todo ello, su uso es claro y conciso: está recomendada en personas que han descompensado su biorritmo de sueño o les cuesta conciliarlo debido a diversos motivos como estrés, pesadillas, depresiones, perdida de trabajo, situaciones que nos desbordan o son difíciles de controlar… Su efecto sedante también actúa para casos de tos rebelde que ataca a la garganta, irritándola, en un círculo vicioso del que nunca se sale. También, por su acción antiespasmódica, calma los dolores relacionados con el sistema intestinal rebajando la tensión de estas vísceras.

Dentro de las curiosidades que rodean en general a la especie de la Amapolas se sabe que los romanos molían las semillas para realizar una papilla que daban a los niños para que el sueño dulce les viviese más fácil. Conocidísima por las culturas egipcia, asiria, griega y romana; la mitología clásica representaba a Hipnos y Thanatos, dioses del Sueño y la Muerte, portando coronas de amapolas. También Morfeo tiene por atributo a la amapola, con la que toca a los que quiere adormecer. Fueron los romanos quienes llevaron la amapola a Britania, a la que se la asoció con el descanso y el olvido y se vinculó con la adivinación y el sueño onírico. En el cristianismo, esta flor se esculpe como detalle en bancos de algunas iglesias, simbolizando el Juicio Final. Sin embargo, en la Edad Media y el Renacimiento, en la Península Ibérica la amapola se puso de nada usándola como condimento culinario. Cuenta una la leyenda medieval que quien cortase una amapola y se le desprendiese un pétalo tocando su mano moriría de manera fulminante. De manera más poética y heroica en la historia, la amapola, se asocia a las guerras napoleónicas diciendo que nacieron de la sangre de los soldados muertos en el campo de batalla.

Espero que os haya gustado este artículo y volviendo a lo terrenal, si tenéis sueño, tomad Amapola. Para cualquier consulta os atiendo gustosamente en Herboristería de Plaza Real. ¡Un abrazo amigos y Carpe Diem!